Jorge Ballesteros
Soy del que me recuerda, de aquel que no me olvida.
Para Olga Ballesteros (Q.E.P.D).
Sentado bajo un palo de mango, ocultándose del fuerte sol, se pone a pensar en su vida, en lo que ha tenido que pasar hasta llegar a donde está ahora. ¿De dónde vengo? se pregunta. De muchos lados, surge la respuesta en su cabeza.
A Jorge en sus primeros años le gustaba pasársela en brazos, si lo soltaban arrancaba a llorar y no había quién lo parara. No fue sino hasta después de un año de nacido que dejó de llorar pues nació Omar, su hermanito menor. Ahora le gustaba andar cerquita de él, pendiente de cómo dormía, jugando con él y consintiéndolo mientras lo mantenían en brazos.