Olíria Muñoz Suarez
Olíria Muñoz Suarez
Hermana, hija y amiga.
T.I: 67.642 – Barrancabermeja.
Joven desaparecida el 23 de marzo de 1993 por el grupo 46 de las F.A.R.C - E.P, comandado por alias ‘Leoncio’.
Familiar: Cecilia Muñoz Suarez.
Historia de vida:
Olíria Muñoz nació el diez (10) de Febrero de 1977 en el municipio de ‘Simacota’, situado en el departamento de Santander. Desde su infancia amaba pasar el tiempo con su familia. Aunque no era la menor entre los ocho hermanos, por ser la más pequeña de las cinco mujeres siempre era consentida y cuidada con gran cariño. Ella por su parte adoraba a su hermano menor que, junto con los demás, protegía y mimaba cuando podía.
Su contextura física iba acorde a su tierno carisma: de piel Morena y de estatura baja; tenía en sus ojos el color negro azabache; cerca de sus labios resaltaba un pequeño lunar; las facciones delicadas de su cara se entreveían a través su ondulado y espeso cabello negro; y su figura no era esbelta ni delgada sino que era simétrica con sus demás proporciones.
Como lo expresa Cecilia, una de sus hermanas, ‘era una niña muy linda’, inocente ante los peligros de esta sociedad, a su tierna edad desconocía lo violento que podía llegar a ser el mundo. Siempre fue muy cariñosa con su familia, tenía un aura única que toda persona reconocía de inmediato cuando la veía, ‘¡Ella era muy, muy linda! En muchas maneras, en la manera de ella de ser.’. Y aunque por las difíciles condiciones económicas en las que vivían Olíria no pudo ingresar a un colegio, era bastante inteligente y proactiva, por lo cual dedicó su juventud a ayudar a sus padres con el trabajo en el campo.
Vivencia de los hechos:
El veintitrés (23) de marzo de 1993 al atardecer, Olíria estaba charlando alegre con su familia en la sala de su casa, tal como solían hacerlo en la cotidianidad de sus días. De repente la oscuridad de la noche entrante sacó de su cobijo ante la luz de su morada a unos hombres armados, estos se sentaron a hablar con la familia e intentaron convencerlos de unirse a su guerra. Cecilia fue la primera a la que trataron de persuadir, sin embargo ésta se opuso pues no le interesaba ofrendar más sangre al conflicto. Después de un rato de sólo recibir negativas Olíria acepto su propuesta, la joven se había embelesado con las palabras de un subordinado de alias ‘El chato’, líder de aquél escuadrón militante. Mientras sus padres y hermanos la observaban partir con impotencia y lágrimas en sus ojos, Olíria sólo sentía la mano de su enamorado introduciéndola en la opacidad de la selva.
Fue desaparecida el veintitrés (23) de marzo de 1993 a los dieciséis (16) años de edad a manos del grupo 46 de las F.A.R.C – E.P en el municipio ‘Bajo Simacota’, situado en el departamento de Santander mientras se encontraba en la finca con su padre
Ocho meses después de esa trágica alborada un hombre llegó a Simacota y al ver a Cecilia quedó impresionado por el parecido que tenía con una persona que él conoció con el alias de ‘Marisol’. De inmediato se le acercó para preguntarle si tenían algún parentesco, a lo que Cecilia asintió. Con gran sorpresa se sentó para contarle que él había escapado del grupo 46 de las F.A.R.C, escuadrón en el que conoció a su hermana.
Atónita, Cecilia recibió la noticia del embarazo de Oliria a través de las palabras de este hombre. Según su relato, después de cuatro meses de estar en cinta la joven decidió huir del grupo. Sin embargo, al pasar por una casa de personas que eran simpatizantes de las F.A.R.C éstas le comunicaron al escuadrón que estaba intentando fugarse y la detuvieron para que la capturasen de nuevo. Al encontrarla en dicha casa la amordazaron y se llevaron de vuelta al campamento. Pero una vez ya se encontraban a mitad de camino llevaron a cabo su verdadero objetivo. Así pues, la amarraron a un palo en medio del monte en un lugar llamado ‘Olivar’ en las cercanías del municipio de ‘Vélez’ en el departamento de Santander, y la mataron acuchillándola en repetidas ocasiones y golpeándola con una pala con total serenidad mientras esta mujer suplicaba por su vida.
Nunca lograron encontrar su cuerpo o corroborar la historia que les contó el ex-militante, pero haya o no sido cierto no han vuelto a saber nada del paradero de Oliria. Cecilia ya interpuso una denuncia por la desaparición de su hermana y su hermano menor, quien también les fue arrebatado por el mismo grupo armado a la tierna edad de catorce (14) años, en palabras de Cecilia: ‘Yo digo que eso es rapado, eso es rapado porque imagínate una criatura como la que le acabo de decir. Una criatura de esas no sabe qué es lo que está haciendo…’. A pesar de que ya realizó todos los papeleos concernientes, el estado no ha dado ninguna respuesta y la familia continua mirando el horizonte en cada atardecer con la esperanza ya desesperanzada de divisar una silueta familiar que nunca llega.
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